Rapando a Jalisco, ¡Pelones del mundo uníos!
En un tiempo dominado por los copetes bien peinados y rostros de telenovela, parece una desfachatez desechar al pelo como elemento central del bien posar, a menos que se este convencido en la necesidad de un cambio, a menos que se tenga el anhelo de que Jalisco puede salir del atascadero en el que se encuentra, entonces, contrario a lo que la lógica dictaría, no hay otro camino, ¡rapémonos!