San Diego de Alejandría, del espectáculo a la realidad

17 Abril 2012
Una oportunidad que tienes al viajar con el equipo de campaña es ver esas pequeñas reuniones en donde el candidato habla sin todo el histrionismo característico de los actos multitudinarios. Al escribir este post en medio de la carretera, debo decirlo, es la reunión más interesante de las que he estado de lo que va de la campaña por los Altos de Jalisco. El municipio de San Diego de Alejandría fue una revelación, no solo por sus antitopes (nombre con el que denomino a una especie de hundimiento en el asfalto para desacelerar a los automóviles) sino porque vi el verdadero espíritu de la gira.
 
En una cantina improvisada como sala de juntas, Enrique Alfaro y Esteban Garaiz intercambiaron opiniones con habitantes de la comunidad por más de una hora. A diferencia de otras reuniones, ésta se caracterizó por la honestidad, no hubo un presentador, no hubo canciones, pantallas, hubo personas quienes querían escuchar a un candidato a la gubernatura y que él los escuchara. Sus preocupaciones, recomendaciones, anhelos, ante todo se preservo una atmosfera de sinceridad.
 
Parecerá anuncio, pero Alfaro no se cansa de repetir que al visitar municipios pequeños no se están buscando votos, se esta divulgando un proyecto, lo que al final importa es que haya actos de conciencia y no una decisión sin fundamento, esto contrasta con las campañas de otros partidos donde regalan despensas, vasos o hasta figuras de acción con los rasgos del candidato."Solo vendemos uno o dos sombreros al día, no alcanza para alimentar a nuestros 6 hijos" comenta una de las asistentes a la conferencia, el principal problema de estos poblados es que no existen fuentes de trabajo fijas y el gobierno estatal tiene completamente en el olvido a sus habitantes.
 
A penas unas horas antes habíamos asistido a Encarnación de Díaz en donde la cúpula agropecuaria pedía acciones concretas por parte del gobierno estatal para brindarle más ayuda y protección a la industria, pero fue en San Diego de Alejandría donde yo dimensione la complejidad, la seriedad y la responsabilidad con la que un gobernante debe de actuar. Los habitantes de este último poblado se quejaban que los de la Chona, como también se le conoce a Encarnación, mantenían un monopolio en la producción de leche y querían que el gobierno interviniera para fortalecer al pequeño y mediano empresario.
 
Por un lado tenemos dos preocupaciones legítimas de dos grupos de personas enfrentados, ambos con una problemática que parece mutuamente excluyente ya que los intereses de unos perjudican a los otros, ¿Cómo posicionarse? Este tipo de coyunturas provienen de una mala planeación de políticas públicas, de una repartición deficiente de los recursos y de un tejido social desmoronándose ya que donde hay oportunidades solo se ve desconfianza y competencia desleal.

Rufo Rupenski