En un tiempo dominado por los copetes bien peinados y rostros de telenovela, parece una desfachatez desechar al pelo como elemento central del bien posar, a menos que se este convencido en la necesidad de un cambio, a menos que se tenga el anhelo de que Jalisco puede salir del atascadero en el que se encuentra, entonces, contrario a lo que la lógica dictaría, no hay otro camino, ¡rapémonos!
“Sin un pelo de tonto” era el grito de guerra de los jóvenes de espíritu que habían decidido cortar de tajo con su pasado, con su antiguo yo y abrazar la esperanza, pero pensarán, ¿qué tiene de esperanzador raparse? ya los veo, “que burda estrategia” “no esta tomando en serio las cosas” los hombres no somos maquinas, no somos una serie de instrumentos que analizan los datos duros para realizar conclusiones precisas sobre hechos concretos, los seres humanos somos más que eso, nos gustan los símbolos, las imágenes, pero sobre todo los significados.
Pelarse es un hecho que puede interpretarse a distintos niveles, por un lado esta la parte lúdica, desacralizar la política para convertirla en algo al alcance de todos, basta de ritos innecesarios. Después se puede interpretar como un signo de atrevimiento, esta campaña en algo que sea caracterizado es en atreverse a proponer y salirse de los convencionalismos, sobre todo de las formas hechas por los proyectos que ponen énfasis en la perfección capilar. Finalmente representa el hecho de volver a iniciar, de comprometerse con lo nuevo y con otras formas de estar y de ser.
Aquí una breve video reseña por parte del equipo de Alfaro140 y al fina la capsula de lo sucedido:
Rufo Rupenski