El tema de la inseguridad y violencia es uno de los factores de mayor interés y preocupación dentro del estado e incluso en el país.
La terrible situación de inseguridad que vivimos es un problema que debe atacarse, cambiando cabalmente y a profundidad el modelo de procuración e impartición de justicia.
Con un sistema judicial que parece estar diseñado para que los delincuentes estén en la calle y no en la cárcel, ningún esfuerzo por reforzar nuestros cuerpos policiacos pasará de ser un buen arranque de proyecto. De poco o nada sirve agarrar a los malos, si estos saldrán libres como si nada al día siguiente.
Nuestra situación requiere de una transformación de fondo y un nuevo acuerdo social. Hoy más que nunca me encuentro determinado por recuperar, de una vez por todas, la paz y tranquilidad de nuestro estado.