Fuimos uno de los primeros en llegar a las instalaciones de canal44, en al aire se respiraba cierto espíritu de inquietud, la ocasión lo ameritaba. El debate entre los 5 candidatos a la gubernatura de Jalisco había movilizado a los técnicos de la estación para que no hubiera percances que lamentar. Para llegar a dichos estudios había que hacer un maratónico recorrido lleno de obstáculos, el primero y más sui géneris sin duda eran las hordas priístas que invadían las calles como tropas dispuestas a dar la lucha, desde plaza patria la movilización fue hasta cierto punto abrumadora, ellos conocen su juego, el juego de la percepción. El recorrido a los terrenos pertenecientes a la UDG y que imponentemente están coronados por el auditorio Telmex, fueron la planicie de la batalla, pero no de la verdaderamente importante. 2 grupos, los azules y los tricolores, los primeros eran mucho menos, pero la batucada era su tambor de guerra, su llamado a la acción. Ambos bandos confrontados y pensando que utilizar las mismas técnicas de la violencia más estúpidamente fundamentada servirían para dar apoyo a su candidato, al final la confrontación fue inminente, previsible y sin sentido, tal vez necesaria para quienes ven en la política un show tragicómico.
En una especie de pasarela circense inició el desfile de los diferentes candidatos, con un montaje pensado de antemano, una coreografía, rituales, saludos, sonrisas, no sabríamos a ciencia cierta si sinceras, pero siempre fotogénicas. El primero en llegar fue Aristóteles Sandoval, el candidato del revolucionario institucional fue bien recibido, apapachado por estar en casa, con los suyos, quien lo recibe es Gabriel Torres, figura bipolar, ayer disidente y hoy alienado al omnipresente universitario.
Después las siempre figuras grises y opacas de Fernando Garza y de la candidata por Nueva Alianza, sin eco, sin emoción, peones del juego político que cumplen con su función a la perfección, posteriormente llega el candidato por Movimiento Ciudadano, Enrique Alfaro. Parecerá obvio que en su sitio oficial se hable de lo bueno de su discurso, de su llegada heroica e imponente, pero no, intentaremos hablar con el mayor de los realismos posibles, es con este compromiso que lo interesante de su llegada no fue su presencia en si misma, sino la reacción de los trabajadores de Canal44, el bastión mediático padillista me queda claro, es Alfarista, fotos, saludos e inclusive se decía en los corredores que no solo en los puestos medios es donde el candidato por Movimiento Ciudadano tiene ganadas simpatías.
Por último llega Fernando Guzmán, con un histrionismo cursi, barato, baja de su camioneta y en un gesto de aparente caballerosidad abre la puerta trasera donde viajaba su esposa, la que ante los medios desea la mejor de las suertes a su conyugue y culmina el acto con un beso, el típicamente conocido como de piquito. Nunca se salió del guion de hombre conservador y de familia.
Siendo las 7:30 ya todos estaban en sus puestos, los periodistas tenían sus cámaras, sus libretas, sus armas informativas para escribir los percances, el círculo rojo se paseaba por Canal44, todos en sus asientos, tomamos una botella de agua, las apuestas se hicieron, el sudor en las frentes de todos (no solo por la emoción sino también por la temperatura del sitio) luces, cámaras, acción, que comience la batalla, con cuartel o sin el, pero que sepa que Jalisco esta ya en proceso electoral. Y que gané el mejor… o sea, Alfaro.
Rufo Rupenski