Después de seis años la vida nos da una segunda oportunidad para levantar la frente y la voz por Jalisco.
En este tiempo pudimos romper con el bipartidismo, construir una estructura mucho más fuerte y demostrar que el poder no desgasta cuando se usa para bien.
La fórmula para lograrlo es muy sencilla de explicar: hay que tener autoridad moral, congruencia y vergüenza. Eso lo conocen muy bien en Tlajomulco, mi casa adoptiva.
En esa tierra saben de lo que estamos hechos, en ese lugar inició nuestro movimiento y es ahí donde fuimos a retomar el camino para terminar lo que empezamos juntos en 2012.
Después de reencontrarme con amigos y compañeros de lucha en Tlajomulco, nos fuimos a Tala y lo hicimos sin playeras, sin cachuchas ni paraguas para regalar; regresamos a la plaza principal con un banquito, un micrófono y mucho que decir.
Me dio mucho orgullo encontrarme con mucha más gente, alegría y esperanza que hace seis años para explicarles por qué quiero ser candidato a la gubernatura del estado y por qué los necesitamos para ganar nuestro lugar en la historia.
No podía irme de Tala sin pasar a los tacos del “Güerito Nuñez” y cerrar mi primer día de precampaña con la panza llena, el corazón contento y mucha alegría.
Gracias por recibirme, gracias por escucharme y empezar juntos la aventura más grande de mi vida; estoy listo y sé que ustedes también.