Muy buenos días, gracias a todos por estar aquí.
Estamos hoy reunidos en la Plaza de la República para hablarle de frente al estado y a la Nación. Estamos aquí mujeres y hombres libres que entendemos que el largo y sinuoso camino de la transición democrática en Jalisco ha llegado al borde de un precipicio. Entendemos que nuestro sistema político ya no responde a las demandas de nuestra sociedad y que la simple alternancia ha dejado de ser generadora de esperanza de cambio verdadero. Somos conscientes del nivel de descomposición al que ha llegado la política y también del nivel de enojo de la sociedad como consecuencia. Pero quienes aquí estamos también sabemos que no es con resignación cómo debemos enfrentar esta realidad. Desde esta plaza queremos levantar la voz para iniciar juntos el camino de la reconstrucción; para darnos una nueva oportunidad como sociedad de transformar juntos la realidad en la que vivimos. Como lo ha planteado Hannah Arendt: los nuevos comienzos salvan a las sociedades de la ruina. Sólo la experiencia de un nuevo comienzo puede conferir fe y esperanza en una sociedad tan lastimada como la nuestra.
Por eso, la gran tradición reformista de los jaliscienses está una vez más a prueba. Tenemos el enorme reto de construir un nuevo acuerdo social a casi 200 años de nuestro nacimiento como estado libre y soberano. Un nuevo acuerdo que nos permita romper de tajo con el pacto de corrupción e impunidad que nos ha lastimado tanto. Un nuevo acuerdo que reconcilie a los ciudadanos con su gobierno. Un nuevo acuerdo que nos permita abandonar el camino de las soluciones cosméticas y los discursos huecos, para entrar de lleno y de una vez por todas al de la las soluciones de fondo, al de la reivindicación de la política. Un nuevo acuerdo social que modifique de raíz nuestro arreglo institucional, reforzando lo que sí funciona pero desterrando los viejos vicios de nuestras prácticas públicas.
Llegar hasta este día no ha sido fácil. Son muchos años ya de lucha al lado de jaliscienses extraordinarios. Juntos hemos demostrado que se puede desafiar al viejo régimen, a los poderes fácticos, a la lógica de la política rancia. Hemos demostrado que se pueden hacer buenos gobiernos cuando se actúa con principios y, que al hacerlo, puedes ganarte el respeto de la gente. Hemos hecho de nuestro desempeño público nuestra mejor carta de presentación: nuestra historia habla por nosotros.
Y es precisamente esa historia de lucha la que nos permite hoy desde esta plaza emblemática convocar a todos a iniciar juntos el camino de la Refundación de Jalisco.
Sé que el simple hecho de plantear esta idea va a generar debate y polémica. Que bueno: de eso se trata. Nunca un proceso transformador de esta magnitud se ha construido por el camino de la unanimidad ni mucho menos por senderos libres de obstáculos. Pero, como nos explicó Tonatiuh Bravo, tenemos ejemplos de sobra para encontrar inspiración en esta lucha: Valentín Gómez Farías, Mariano Otero, Prisciliano Sánchez, Rita Pérez de Moreno, Ignacio L. Vallarta, Francisco Severo Maldonado, Irene Robledo son el mejor ejemplo de la tradición reformista y transformadora de los jaliscienses.
En 1823, fuimos el estado que trazó la ruta para la instauración de nuestro sistema de gobierno y después sentamos los principios garantistas de nuestro sistema jurídico. Hoy, contra viento y marea, contra todos los intereses que intentarán descarrilarnos, Jalisco y su gente volverá a ser ejemplo de cómo reconstruir a la Nación desde sus cimientos.
Respetaremos siempre el derecho a disentir, pero defenderemos con argumentos nuestros ideales. Razones para creer con toda firmeza en la necesidad de un cambio profundo, sobran. Ya Clemente Castañeda nos habló de eso. Es cosa nada más de salir a la calle, de ver de cerca esa realidad que la mayoría de los políticos se niegan a ver: la injusticia que lastima la dignidad, la violencia que nos ha robado la paz, la falta de oportunidades que rompe con los sueños, los derechos establecidos en las leyes y ausentes en la vida cotidiana, la corrupción que ha secuestrado nuestro futuro. Y aún así, puede haber quién crea que tenemos que seguir por la vía del gatopardismo político: hacer como que todo cambia para que nada cambie. Nosotros no.
Nosotros creemos que hay que romper con el viejo sistema político y hacerlo por la vía pacífica. En los términos de Pasquino la idea de la refundación se ubica justo en medio de dos ideas sobre el cambio; por una lado la visión reformista que busca la transformación de las estructuras sociales y políticas existentes impulsadas desde una posición de autoridad sólo para mantener el poder (cualquier similitud con el Peñanietismo es mera coincidencia); en el otro extremo está la visón revolucionaria entendida como la tentativa acompañada por la violencia para derribar las instituciones con el objetivo de provocar cambios profundos. Ninguna de esas dos definiciones del politólogo italiano le sirven a Jalisco. Para entender mejor la idea de la refundación que estamos planteando bastaría consultar a la Real Academia de la Lengua Española para entender lo que significa Refundación: refundar es revisar la marcha de una entidad o institución para hacerla volver a sus principios o para adaptar estos a los nuevos tiempos.
Refundación es ruptura con el viejo régimen por la vía del acuerdo social para construir un nuevo orden institucional que nos permita enfrentar con eficacia los desafíos del presente y del futuro. Así de simple, así de complejo.
Para nosotros, la Refundación es garantizar a los jaliscienses un gobierno e instituciones que respeten la ley. Pero también, construir juntos una sociedad organizada y protegida por la ley. Es el replanteamiento de las relaciones que Jalisco tiene en todos sus niveles y dimensiones, principalmente sociedad y gobierno.
Refundación implica una manera diferente de relacionarse entre los poderes públicos: con verdadera autonomía y respeto.
Refundación significa replantear y hacer respetar el pacto federal que une a México como un país republicano y democrático. Significa asumirnos de verdad como un estado que toma decisiones libres y soberanas por el bien de sus habitantes. Por eso queremos un estado que sea capaz de construir una agenda de coordinación intensa con la Federación, sí, pero que quede claro y que se escuche hasta la Ciudad de México, nunca más un Jalisco ignorado y ninguneado por el Gobierno Federal, ni un Gobernador arrodillado y sometido por el Presidente de la República. Nunca más.
Refundar significa volver a poner la justicia social en el centro de la agenda pública, sin demagogia pero con claridad. No puede seguir creciendo la brecha entre quienes tienen todo y quienes no tienen nada.
Refundación significa repensar y reordenar el territorio. Aprovechar el potencial de las regiones y de sus ciudades medias, racionalizar el crecimiento de la ciudad de Guadalajara, terminar con los desiertos económicos de muchos municipios del estado y plantear una nueva relación entre el gobierno estatal y los gobiernos municipales.
Refundar significa ir a fondo en la agenda de competitividad y entender correctamente la manera en que las disyunciones tecnológicas exigirán cambios y adecuaciones en la manera en como opera nuestra estructura económica. Sólo así podremos aprovechar nuestro potencial y proyectar la grandeza de Jalisco en México y en el mundo.
Refundación significa resurgir como liderazgo regional y poner a Jalisco encabezando los grandes planteamientos de las decisiones del occidente del país.
Refundar significa identificar lo que se ha hecho bien para darle continuidad y redoblar esfuerzos. Pero al mismo tiempo significa romper de tajo con lo que ya no sirve.
Todo eso y más significa refundar.
Por eso, la refundación de Jalisco no podrá concretarse de la noche a la mañana. Tendrá que ser un proceso permanente, constante pero no rápido. Puede llevarnos o no a plantear la necesidad de una nueva Constitución para nuestro estado. La limpieza a fondo, A FONDO, de nuestras instituciones públicas y la renovación de los poderes constituidos será en su momento un paso decisivo. Muchos de los alcances y definiciones básicas irán construyéndose paso a paso, escuchando a todos. El proceso tendrá necesariamente que iniciar por la refundación del Gobierno, sin duda, pero deberá evolucionar en el tiempo hacia nuestra refundación como sociedad. Será pues un recorrido largo.
La refundación, como dijo el Dr. Aguilar, a quien le agradezco toda su ayuda para construir este planteamiento, no puede ser un decreto de un gobernante, sino el producto de un amplio acuerdo de todos los actores sociales, económicos y políticos. Sin la gente no puede haber refundación.
Siempre he creído que la participación ciudadana es parte fundamental de la democracia y que no hay gobierno que pueda solo. Hace años, mi amiga Margarita Sierra me dijo algo que no olvido: la gente manda. Gracias Margarita por todo lo que le has dado a Jalisco y gracias por convencernos de que esta campaña debe estar fundamentada en el diálogo colaborativo.
Por eso esta campaña será diferente. No trabajaremos sólo para ganar una elección. Este proceso para nosotros es una invitación a la ciudadanía para romper juntos con un sistema que ya se agotó. Vamos a recorrer el estado para ayudar a que la gente tome conciencia de lo que esto significa. A que entendamos, de una vez por todas, que nada de lo que prometan los candidatos podrá cumplirse mientras no arranquemos juntos la raíz de nuestros problemas.
Por eso, y ojalá se escuche hasta el último rincón del estado, puedo decir con orgullo que en esta elección no venimos a ganar votos, venimos a ganar nuestro lugar en la historia.
Para nosotros, esta campaña implica una ruptura con la manera en que los políticos de siempre, hacen las mismas campañas de siempre.
La austeridad será la primera muestra. No verán de mi parte ni un anuncio espectacular, ni camiones pintados, ni eventos suntuosos, ni despensas, ni gorras, ni tarjetas milagrosas. Vamos a predicar con el ejemplo. Pero más importante aún será la forma cómo nos vamos a comunicar con la gente.
Lo que haremos será un ejercicio de comunicación horizontal, no vertical. De ida y vuelta. De frente y sin mentiras. Nuestros candidatos y candidatas de todo el estado, se dedicarán a escuchar mientras los ciudadanos hablen. Nuestra campaña será de diálogo. Queremos que los jaliscienses sepan que nuestro compromiso es trabajar junto a ellos y que somos sus aliados.
Escuchando, dialogando y colaborando con los ciudadanos iniciamos pues el camino de la refundación
Quiero ser claro: La Refundación de Jalisco no es un eslogan de campaña, es un proyecto a largo plazo para solucionar de raíz los problemas más urgentes que afectan a nuestra entidad. Es un proyecto de gobierno para cambiar de fondo nuestras instituciones públicas, para que regresen a los principios para los que fueron creadas.
Por eso esta convocatoria va acompañada de un amplio y sólido programa de gobierno que iremos presentado durante esta campaña. Cada lunes explicaremos los ejes estratégicos para el desarrollo del estado. Quiero Felicitar a Adrián Michel y a todos los especialistas, investigadores, académicos y ciudadanos que han sido parte de este gran esfuerzo para definir cómo vamos a transformar la realidad de Jalisco.
Sé que un planteamiento como el que estamos haciendo implica un reto enorme. Hay quien puede pensar que una idea como está no es adecuada para usarla en una campaña electoral. Yo pienso lo contrario: llegó el momento de hablarle a la gente con la verdad, de no generar falsas expectativas, de no convertir nuestra propuesta en una subasta de dádivas. Eso es también dignificar la política.
Quienes estamos aquí nos parecemos más de lo que creemos. Aquí habemos personas que hemos dado batallas desde distintas trincheras. Personas que pretendemos hacer las cosas de manera distinta desde la sociedad civil organizada, la iniciativa privada, las instituciones públicas, incluso desde distintos partidos políticos, pero todos estamos de acuerdo en que la lucha que hemos dado no ha sido suficiente.
Hace apenas 30 años que nuestro país conoció lo que significa la alternancia de partidos en el gobierno. La esperanza que se generó con la idea de que sacando al PRI de Los Pinos México cambiaría como por arte de magia, se derrumbó de manera intempestiva. Ese es el legado del Foxismo y del Calderonismo. La traición a nuestra democracia que permitió que el régimen siguiera intacto y los problemas de la nación se agravaran. Y luego, como consecuencia, por increíble que parezca, vino el regreso de lo peor de nuestro pasado. Éste, el último gobierno del PRI estoy seguro, sus excesos, su cinismo, su desvergüenza quedarán como un episodio negro y vergonzoso en la historia de nuestro país. Llevamos 30 años cambiando siglas, colores, nombres y rostros. Y 30 años también alimentando el enojo y la desesperanza de los mexicanos. Y nuestro sistema político sigue intacto.
Y esa realidad nacional no le es ajena a Jalisco. Cambiar de partido en el poder no es suficiente, eso ya nos quedó claro a todos. O cuando menos eso espero.
Movimiento Ciudadano ya demostró que es posible ganarle a los partidos de siempre, sí, lo hicimos juntos y lo hemos echo más de una vez. Pero lo verdaderamente importante es que también ya demostramos que aquí gobernamos diferente. Aquí sí tenemos vergüenza. Aquí sí cumplimos nuestros compromisos. Aquí sí tomamos decisiones por el bien general aunque éstas impliquen desgaste político. Aquí no robamos y no mentimos. Aquí el concepto de buen gobierno sustituyó a las izquierdas y a las derechas como principio ideológico.
Gracias a mi amigo Dante Delgado, por haber encabezado este gran movimiento a nivel nacional y habernos permitido dar esta lucha por todos los jaliscienses y por todos los mexicanos.
Hemos demostrado en Movimiento Ciudadano que se puede gobernar bien y del lado de las personas. Pero administrar bien el dinero del pueblo, crear políticas públicas oportunas y eficientes, mejorar la calidad y la cobertura de los servicios públicos y trabajar para cerrar la brecha de la desigualdad, no ha sido suficiente para arreglar los problemas de fondo de nuestra ciudad y de nuestro Estado. Esa fue una de las grandes y más duras lecciones aprendidas en mi responsabilidad al frente del gobierno de la capital de Jalisco.
No ha sido y no será suficiente gobernar bien. El sistema se encarga de hacer inútiles los esfuerzos aislados que algunos realizamos para corregir el rumbo. Desde un municipio se pueden cambiar muchas cosas, sí; pero no se puede cambiar el sistema político de todo un estado, ni de todo un país. Por eso tomé la decisión de aportar mi trabajo en esta campaña para construir una nueva historia.
Quiero ser Gobernador de Jalisco para encabezar un gran esfuerzo colectivo que transforme de fondo la vida pública de nuestro estado. Me he preparado a conciencia para esta tarea. He aprendido de mis errores y he reforzado mis convicciones. Estoy tranquilo y en paz.
Quiero ser gobernador de Jalisco para hacer algo de lo que me sienta orgulloso. No busco ni poder ni dinero. Busco dejarle un ejemplo a mis hijas de cómo se puede, desde un compromiso personal, cambiar para bien el destino de millones de personas.
Quiero decirles algo de corazón: todos los que estamos aquí, estamos de paso. Pero lo que construyamos juntos, puede trascender en el tiempo, y eso depende de nosotros.
Llegó el momento de terminar lo que iniciamos en el 2012.
Estamos listos. Tenemos una cita con la historia. Desde Jalisco se construye también el futuro de México
Muchas gracias. Mucho ánimo. Vamos a ganar el primero de julio.