“Mouseland” es un cortometraje basado en una historia del político socialdemócrata canadiense Clarence Gillis, quien desarrolló un pequeño cuento que sin duda alude a la situación que en muchos países vivimos, nuestra democracia se basa en la posibilidad de elegir entre quienes nos han hecho daño en el pasado y quienes nos han hecho daño en un pasado no tan lejano, los gatos blancos y negros se pelean por conseguir la legitimidad, el poder mediante la vía electoral.
Las estructuras de gobierno piramidales son las que reinan en el país, decisiones de unos pocos que afectan a la mayoría, no tenemos poder porque no tenemos la capacidad de que nuestra voluntad se haga presente en las decisiones gubernamentales. Pero sí el poder no es un objeto que se quita o se posee, ¿cómo podemos arrebatarlo para los ciudadanos? Sencillo, es la historia del rey desnudo, solo se necesita de alguien que abra los ojos y nos diga que el rey no trae un atuendo invisible, simplemente el monarca no tiene ropa, es así de sencillo desmontar el discurso de los invencibles, tan sencillo como el ratón que se dio cuenta que no podían seguir gobernados por gatos, el poder esta en todos nosotros, solo es cuestión de saberlo, no es que la presidencia de la república o cualquiera de los órganos de gobierno tengan por defecto poder, sino que existe una aceptación social hacia esas instituciones que las legitima para que cumplan y realicen diversas acciones.
Entonces, ¿cuál es el poder del pueblo? Precisamente el hacer que su voluntad se escuche, importe, que sus aspiraciones, sueños, anhelos, sean la razón y la dirección de las políticas públicas.
Mouseland es una adaptación, pero no por volverse a realizar, sino porque es fácilmente contextualizable a nuestro estado actual de las cosas. El cortometraje es un ejemplo claro que no importan colores o partidos, lo que importan son las ideas, los proyectos, porque son con estos que se reconstruye el tejido social, es con esto que podemos sacarnos del atoradero en el que se encuentra el país. Hoy nuestros gatos tienen copetes, gatos que por 70 años han terminado con la esperanza.
Pero por más que los deseen, las personas, los jóvenes, los ciudadanos, han despertado, no quieren más imposición de políticos que solo busquen su beneficio, que solo estén concentrados en como mantener sus cotos de poder, su fuerza y privilegios, hoy nuestro movimiento a elegido el camino electoral, pero hay quienes han decidido salir a las calles y mostrar que las cosas no están dichas, que hay ciudadanos que quieren tomar su destino en sus manos y que están decididos a dar la lucha por conseguir un país mejor, porque estamos cansados de estar gobernados por gatos, porque estamos decididos a obtener nuestra libertad.