La violencia es el problema más grave de este país, uno del que no se salva Jalisco ni la ciudad. Y para combatirla por todos sus frentes, hay que conocer la realidad en la que estamos sumergidos; una de pobreza y de injusticia social.
Compartimos el enojo y la frustración cuando un delincuente le quita la vida a un joven, entendemos la impotencia cuando un maleante acaba con nuestra tranquilidad.
Hoy, durante la manifestación pacífica que hizo la comunidad universitaria en contra de la delincuencia, surgieron tres exigencias muy concretas que escuchamos fuerte y claro. Quiero responderlas puntualmente:
1. Que se establezca un convenio de coordinación con los tres niveles de gobierno:
Estamos más que puestos. La coordinación existe tanto con los municipios del AMG, como con el Gobierno del Estado y el Gobierno Federal.
Desde lo local, estamos muy avanzados en la consolidación de la Agencia Metropolitana de Seguridad para unificar estrategias entre estado y municipios.
Con la SEDENA y el Ejército Mexicano le hemos entrado para ponerle fin a la venta de narcóticos en cerca de mil puntos de la ciudad. Hemos intervenido El Santuario, la 5 de Febrero, Obregón y Medrano; además de colonias con altos índices de violencia como Talpita, Miravalle, Oblatos, La Ferrocarril y El Fresno.
2. Una mesa de trabajo ejecutiva que sesione y evalúe de forma periódica:
Como siempre, estamos dispuestos a seguir trabajando con la Universidad de Guadalajara para sumar esfuerzos, analizar resultados y fortalecer estrategias. Trato hecho.
3. Apoyo de las policías para evitar el narcomenudeo en los planteles de la UdeG.
Recordemos que en esta administración hemos diseñado con la propia universidad el programa #SenderoSeguro. Un trabajo conjunto de vigilancia y capacitación en la prevención del delito, tanto a la salida de los planteles como en sus inmediaciones. Ya hemos cubierto 12 preparatorias, cinco Centros Universitarios y vamos a seguirle hasta donde tope.
Lo que hay que decir, es que en Guadalajara el obstáculo en materia de seguridad ya no es la falta de recursos y mucho menos de voluntad. Hemos invertido como nunca para tener una policía con más elementos, mejor equipados, preparados y remunerados.
Hoy nos enfrentamos con un sistema de procuración e impartición de justicia que protege a delincuentes. Una dificultad que estamos enfrentando con capacitaciones rigurosas para que a cada delincuente que metemos a prisión, la Fiscalía no lo deje salir tan fácilmente.
Y lo más importante de todo es que mientras no exista justicia social, no vamos a avanzar a ningún lado. Por eso en Guadalajara le entramos a la educación de nuestros hijos desde que entran a preescolar hasta que salen de la preparatoria; por eso estamos invirtiendo 4 mil millones de pesos en infraestructura, una cifra histórica para recuperar los espacios públicos, para reconstruir y regresar la dignidada una ciudad que estuvo en el abandono por décadas.
Ganarle terreno a la violencia es un camino muy largo pero que empezamos hace dos años. Sepan que no hay un solo día en el que Guadalajara no trabaje para enfrentar una realidad que nos afecta a todos, desde todos los frentes.