“Es muy divertido estar con mi papá, aunque a veces me hace enojar porque se come mis postres, lo quiero mucho porque me apoya… mi papi es increíble”, termina de decir con una sonrisa la pequeña Paulina.
Por su parte, Sofía tiene una actividad favorita con su papá y ésa es el fútbol, “Me encanta jugar con él, siempre que podemos jugamos”, y agrega, “la gente lo quiere mucho porque los escucha así como a mí me escucha cuando tengo problemas, lo quiero y lo admiro”.
“Si me hubieran preguntado cuando era chiquita, nunca hubiera imaginado que me casaría con Enrique, me conquistó que es un hombre decidido, con visión, tenaz, cálido y honesto. Es un gran ser humano, no me equivoqué en que sería un gran padre”, dice Lorena Martínez, compañera de vida de Enrique Alfaro y agrega, “En la derrota aprendes más que cuando ganas, hoy él es un hombre con más experiencia y se ha preparado para gobernar bien”.
Bertha Ramírez, trabajadora social de profesión, sustento y guía de los primeros pasos de Enrique Alfaro, describe a su hijo como un hombre honesto y sociable. “A pesar de los que algunos pueden pensar, Enrique desde niño ha sido muy sociable y amistoso, la gente lo busca y le tiene confianza, siembre al lugar que llegaba buscaba armar un equipo de fútbol”.
“Era muy bueno para los deportes, no se me olvida una vez que un entrenador de fútbol me dijo que jugaba con el cerebro, no con las piernas. No era el más rápido, pero sabía a dónde quería ir” y su madre está segura de que así sigue siendo.
El primer nieto varón de los Alfaro, recibió durante la adolescencia un regalo que marcaría su vida de manos de su abuela, la colección de “La costumbre del poder” de Luis Spota, el periodista que convirtió en literatura gran parte de la política del Siglo XX y que convenció por medio de sus letras a Enrique para que su vida tuviera una trascendencia social.
“La Dra. Irene Robledo consentía mucho a mi hijo. “Choco” como la llamaba él, le regalaba dulces cada que lo veía, pero también a través de mí recibió todas las enseñanzas y valores que de ella aprendí, la Dra. ha sido sin duda una gran influencia para Enrique”.
La mamá de Enrique Alfaro fue quien lo convenció de estudiar Ingeniería Civil, “El hecho de que tenga una Maestría en Desarrollo Urbano le da una visión más amplia que la que tienen otros políticos”.
“El hecho de que tenga una Maestría en Desarrollo Urbano le da una visión más amplia que la que tienen otros políticos”.
“Me siento orgullosa del camino que ha elegido y de la compañera que tiene en su vida, Lorena es una gran influencia para él. Es una joven con mucha visión, trabajadora y capaz”, para la Sra. Ramírez la inteligencia, sensibilidad y naturaleza afable son características propias de Enrique, “Es un excelente hijo y un excelente padre, por eso la gente lo quiere tanto”.