Del simbolismo electoral a la acción de gobierno.- Enrique Alfaro FIL 2015

28 Noviembre 2015

Sé que habrá quién cuestione el que una persona que ganó una elección compitiendo a través de un partido político, hable de candidaturas independientes. Tal vez sea necesario aclarar dos cosas: siempre he sostenido que la independencia de un político no está asociada a su relación con los partidos sino a su manera de concebir su relación con el poder. Por otra parte hay que recordar que este proyecto se empezó a construir antes de que existieran las candidaturas independientes, impulsando la idea de los partidos como vehículo para la participación electoral. En Jalisco hace apenas 3 años Movimiento Ciudadano, que hoy es la primera fuerza política estatal, ni siquiera existía. Este proyecto se construyó precisamente a partir de la capacidad que tuvimos de darle una identidad y un significado asociados con ideas como eficacia, honestidad, valentía y sí, independencia. Al final este argumento lo usaré para establecer algunas reflexiones que creo deben considerarse en el debate sobre el futuro de las candidaturas independientes. No milito en un partido político ni volveré a hacerlo jamás en mi vida. Pero siguiendo los argumentos de Carlos Elizondo Mayer me siento más orgulloso de asumirme como un político independiente, que lo que me sentiría de ser simplemente un político sin partido. Espero me permitan hablar además de como político independiente, como un hombre libre, de convicción.

Como dice Jesús Silva – Herzog Márquez, “romper el cerco de los partidos ha estado en la agenda de la democratización desde hace tiempo. Con buenas razones se ha buscado terminar el monopolio que los partidos tienen de las candidaturas a los puestos electivos. Perforar la partidocracia parece una buena manera de oxigenar la vida pública, de inyectarle nuevos liderazgos, de acercar la representación a la gente. Frente a la cartelización de nuestro régimen de partidos, las candidaturas independientes son un arma valiosa.”

Independientemente del contexto social e histórico en el que surgen, la aparición en la escena política de las candidaturas independientes es producto de dos elementos:

  1. Por un lado la presión de la sociedad civil organizada que reclamaba espacios de participación política al margen del sistema de partidos tradicional.
  2. Por otro lado, paradójicamente, por una decisión del propio sistema de partidos cuya intención real todavía es difícil descifrar.

Las candidaturas independientes no surgen en este momento, habría que entender que proyectos como el de Gómez Morín, Rafael Aguilar Talavantes o el Dr. Nava en San Luis Potosí fueron en muchos sentidos candidatos independientes que paradójicamente transitaron o germinaron en la formación de partidos políticos. Pero es en el 2015 cuando las candidaturas al margen de los partidos adquieren status jurídico, cobran relevancia y se convierten en opciones reales para competir por el poder público. Lo que tal vez estaba fuera del guión original era que alguno de estos proyectos pudiera ganar elecciones.

La lectura más básica de este episodio de la vida política del país establece que los candidatos independientes exitosos simplemente aprovecharon la decepción y el hartazgo de los ciudadanos para encarnar la esperanza de un cambio y así triunfar en una elección. Esta interpretación de lo sucedido asume implícitamente que colocar el adjetivo independiente al lado de una candidatura es una fórmula infalibe para el éxito electoral. Aquí es donde empieza el problema. Este reduccionismo puede representar el cimiento sobre el que se sienten las bases del fracaso a futuro de los proyectos políticos independientes.

Vayamos por partes.

  1. ¿Por qué hubo proyectos políticos independientes exitosos en el 2015? Los proyectos independientes exitosos fueron los que se posicionaron como antisistémicos, logrando abanderar el cuestionamiento ciudadano al sistema de partidos. Esta es una condición necesaria más no suficiente para ganar elecciones desde esa trinchera. Porque la pregunta que habría que hacer es ¿por qué la enorme mayoría de las candidaturas independientes fracasaron?. Hay varios elementos comunes en los diferentes frentes independientes que compitieron en 2015 y que ganaron elecciones; fueron proyectos que supieron explotar las fortalezas de su personalidad, de su nombre, de su imagen o de su historia. Proyectos que hicieron uso intensivo e inteligente de las redes sociales y construyeron una nueva lógica de relación con los medios tradicionales de comunicación. Proyectos que entendieron que necesitaban hacer un intenso trabajo de calle, un mínimo de estructura electoral y una base de operación política sólida. Proyectos que encontraron en las grandes concentraciones urbanas un público informado, crítico y sobre todo, defraudado de la alternancia partidista como opción política.

Con diferentes modalidades, en diferentes ubicaciones geográficas, con diferentes estilos de comunicación política, los proyectos independientes que ganaron elecciones comparten todos estos elementos.

  1. En torno a las candidaturas independientes exitosas se construyeron consciente o inconscientemente signos que fueron estandartes de campaña, que dieron identidad y sentido a las estrategias de comunicación política y que con el paso del tiempo se llenaron de significado asociándose a lo que los candidatos representaban. La cabeza de caballo del Bronco o el árbol de Kumamoto, no hubieran tenido ningún efecto político importante si en torno al candidato no se hubiera construido la percepción de que era verdaderamente independiente. Los signos no son factores de éxito electoral. Los símbolos sí lo son. Si no fuera así, ¿por qué el morado pudo darle una fuerte identidad al proyecto de Alfonso Martínez en Morelia y aquí en Jalisco el morado estuvo asociado al payaso Lagrimita que hizo el ridículo? En esta lógica, quiero hacer una pausa y explicar cómo entendimos esta idea en nuestro proyecto político. (Explicar caso círculo Alianza Ciudadana)
  2.  Mucho se ha dicho sobre el papel de las propuestas y el programa de gobierno en el éxito de una campaña electoral. Cada día son más los partidos y los candidatos que asumen que a la gente no le importan las propuestas; que puede más el dinero que las ideas. Es difícil establecer el rol que jugaron las propuestas específicas que los proyectos políticos independientes le hicieron a los electores. Lo que sí parece más claro es que la consistencia, la seriedad y la viabilidad de lo que prometimos en campaña va a condicionar el éxito o el fracaso de nuestros proyectos de gobierno. Y ahí se juega mucho del futuro de las candidaturas independientes. Porque ya demostramos que podemos ganar elecciones, ahora falta demostrar que podemos gobernar bien. Ahí es donde quiero detenerme.
28 Nov 2015 . El Presidente Municipal Enrique Alfaro imparte la Conferencia “Del simbolismo electoral a la acción de gobierno” en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara

Hay una característica en común de las candidaturas independientes que ganaron: generaron una altísima expectativa ciudadana. El reto de dar resultados se vuelve enorme. Las herramientas de las que dispones para cumplir tus compromisos son terriblemente acotadas por un sistema diseñado para que nada funcione. Pero a la gente eso no le importa; tú lo dijiste, tú lo cumples. Así de simple.

Es en este momento que cobra relevancia la consistencia y la seriedad de la propuesta política presentada durante la campaña y de la asociación directa que hace la gente con tu desempeño en el gobierno. Cuando no se tiene la capacidad, la inteligencia, el equipo y los recursos necesarios para cumplir tu palabra, comienza el inacabable ciclo de expectativa y decepción que ha causado el divorcio entre ciudadanos y políticos.

Entonces ¿cómo terminamos con este círculo vicioso?, ¿cómo se reconcilia la sociedad y el gobernante?, ¿por dónde comenzamos a reconstruir la vida pública y la calidad de vida?, ¿qué tipos de políticos necesita México?, ¿qué tipo de gobernantes?, ¿qué tipo de gobiernos?, ¿qué tipo de sociedad?, ¿qué tipo de relación ciudadano-político-gobierno debemos impulsar?

Este es el difícil salto que enfrentan hoy los proyectos independientes: del simbolismo electoral a la acción de gobierno.

¿Cómo se construye un proyecto de gobierno independiente?

Sin pretender dictar una cátedra con verdades absolutas, trataré de explicar mi visión.

Para el proyecto en el que participo, el primer paso es regresar al principio, a lo básico, a asumir la política y lo político con responsabilidad, con seriedad, resignificar la palabra compromiso, redimensionar la propuesta, el programa, el proyecto, evitar lo políticamente correcto o lo políticamente rentable, para avanzar a lo necesario, a lo que se debe hacer, a no ser complacientes ni rehenes de los grupos de poder. Tenemos que concentrarnos simplemente en hacer lo mejor para la ciudad y los ciudadanos, en entender que el cimiento de la labor pública es la ley; y que el objetivo del hombre, de la sociedad y del gobierno es la búsqueda del bien, de la felicidad, teniendo siempre marcos de referencia éticos. Tenemos que regresar al origen que está en los principios, en lo que nos obliga a pensar en la justicia, en el otro, en lo colectivo, en lo público; regresar a la génesis de la polis y, una vez que lleguemos ahí, en ese clima, contagiar de este espíritu a los ciudadanos, a la sociedad, a la ciudad.

Por eso hoy defiendo con más vehemencia que nunca la siguiente idea; lo primero que debe tener claro quien quiera participar en una elección, es que si no tiene un proyecto de gobierno y no tiene un equipo capaz, preparado y honesto para echarlo andar, lo correcto es no participar, no engañar a la gente. La ambición desmedida, la banalidad como rasgo esencial del gobernante, la falta de vergüenza en el ejercicio de la política son ideas, antagónicas a la noción de un proyecto político independiente

Y el reto no es menor, pues lo más valioso que puedes ganar en campaña es la confianza de la gente. Eso vale más que los votos. por eso debes cuidar primero, la forma en cómo la ganas: sin mentiras, sin faltas expectativas, sin demagogia. Luego, lo verdaderamente difícil, es no perderla en la camino.

Construir buenos gobiernos implica gobernar con principios, dignidad y responsabilidad; transformar la vida cotidiana de la gente; lograr que lo que no funciona, funcione; hacer de lo ordinario algo extraordinario. La congruencia y la consistencia hacen la diferencia entre «ser» gobierno y «estar» en el gobierno, entre transformar la vida de la ciudad y vivir del erario. Cuando llegas al gobierno debes asumir que tú y todo tu equipo están a prueba, que deben respetar siempre el mandato ciudadano. Y este no termina con el voto; la obligación de un buen gobierno es trabajar de la mano de los ciudadanos, hacerlos corresponsables de la construcción del gobierno, involucrarlos en la discusión de la vida pública y en la toma de decisiones, pero hacerlo en serio, sin pretextos ni medias tintas; hacerlo como este proyecto lo ha hecho durante seis años implementando el presupuesto participativo, la revocación de mandato y las consultas populares.

A este proyecto le interesa ser parte de un proceso de cambio cultural y político, lo intentamos poniendo el ejemplo, cambiando la parte que nos corresponde para darle paso a una nueva relación entre el gobierno y los ciudadanos:

  • Dijimos que íbamos a poner orden en la ciudad y que íbamos a restablecer el estado de derecho. Con esta lógica hemos impulsado el rescate del centro histórico, la liberación de banquetas, el orden en el desarrollo urbano, la imagen urbana que dan los espectaculares, la venta de animales en el Baratillo.
  • Nos comprometimos a cuidar el dinero público y hemos ahorrado reduciendo el costo de la nómina, deshaciéndonos de gastos superfluos y haciendo una reestructuración presupuestal que nos permita cumplirle a la gente.
  • Prometimos que Guadalajara sería el municipio más transparente del país y empezamos en serio: todos los funcionarios de primer nivel de esta administración presentaron sus declaraciones fiscal, patrimonial y de intereses; quien no pueda presentar su declaración 3 de 3 no tiene cabida en este gobierno.
  • Ofrecimos ser un gobierno cercano e interactivo, hoy contamos con uno de los mejores reglamentos de participación ciudadana del país y cada semana visitamos colonias distintas de la ciudad.
  • En campaña nos comprometimos a que los espacios públicos regresaran a ser de los ciudadanos y desde el primer día de este gobierno la entrada a parques y unidades deportivas es gratuito.
  • En la seguridad pública, uno de los temas más sensibles para los ciudadanos, nos comprometimos a trabajar sin descanso y a regresar la paz y la tranquilidad a Guadalajara, en los primeros días de gobierno regresamos a 681 policías que no se reportaban a trabajar para los ciudadanos a su labor fundamental: cuidar a las familias.

Lo que nos tiene aquí es que nuestra palabra se convierte en compromiso y se cumple. Eso es algo muy importante para este proyecto: No somos simplemente un producto de marketing, no somos frases huecas ni eslóganes publicitarios; porque comunicamos lo que realmente somos, lo que hacemos y lo que vamos a hacer. La base de nuestra comunicación es cumplir lo que prometemos.

Sé que hagamos lo que hagamos, siempre va a ser insuficiente para resolver los problemas de la ciudad, por eso, si ustedes me preguntan cuál sería el gran objetivo de este gobierno, además de que los tapatíos sientan un cambio en su ciudad, es lograr involucrar en esta dinámica de orden, respeto, responsabilidad, ética, de pensar en el otro, de pensar en la justicia, a todo el gobierno y a los ciudadanos.

Si logramos hacer todo esto habremos aportado nuestra parte para demostrar que los proyectos políticos independientes no sólo pueden ganar elecciones, sino que pueden transformar la realidad de este país. Si fallamos nosotros aquí en la capital de Jalisco, si falla Alfonso en Morelia o Jaime en Nuevo León, si falla Kumamoto en el Congreso del Estado o Manuel Clouthier en el Congreso de la Unión, habremos perdido una oportunidad histórica. Si no logramos con nuestro trabajo demostrarle a la gente que no se equivocaron, entonces le estaremos haciendo el trabajo al viejo y caduco sistema de partidos.

Estoy convencido de que México puede tener en el 2018 un Presidente de la República independiente y como ya dije, eso no necesariamente tiene que estar asociado con la idea de un presidente sin respaldo partidista. También creo que México necesitará gobernadores independientes, diputados federales y locales independientes, alcaldes independientes, y eso plantea abrir el debate sobre cómo se puede construir y articular un proyecto de escala nacional que simbolice la independencia respecto a la política tradicional, los grupos de poder, respecto a las burocracias y clientelas partidistas. Trabajar en esta ruta nos exigirá a todos los que compartimos este anhelo, -independientemente de nuestras diferencias en el enfoque o en el método que proponemos- tener la capacidad para definir primero qué somos, en qué creemos, qué representamos, antes de siquiera poner en la mesa aspiraciones personales.

Ahí radica la esperanza de los proyectos políticos independientes: en nuestra capacidad, primero, para transitar de lo simbólico a lo real y segundo, en nuestra creatividad para sacar el debate en torno a estas figuras del nivel de simpleza que hasta ahora ha tenido, para centrarlo en la urgente necesidad de articular un proyecto serio y viable de país, que sea el punto de partida para cambiar la historia en el 2018.

Todos estamos a prueba.

FIL
Guadalajara
FIL 2015
Enrique Alfaro
Gobierno de Guadalajara