Mercado Corona, del hundimiento a la esperanza

09 Abril 2015

Al caminar por el centro de Guadalajara rumbo a la zona en donde se encontraba el Mercado Corona llegan a nuestros oídos los sonidos tradicionales del comercio ambulante; personas vendiendo máquinas milagrosas para ensartar agujas, o medicinas que harán que te canses menos, robots que bailan al compás de una canción, todo un mundo que te recuerda que nuestra ciudad es cuna de gente trabajadora que utiliza su ingenio para poder  darle una mejor vida a su familia, a través del único camino que los años de indiferencia les han dejado.

 Lo sucedido en el Corona es una muestra del abandono en el que se tiene no sólo a los mercados de Guadalajara, sino a la gente que tiene en ellos su patrimonio y su vida; “cuando se cayó el Mercado Corona nos quedamos en la calle, sin trabajo y sin sustento”, nos cuenta el señor José Manuel López, quien junto con su esposa llevan más de 30 años dedicados al comercio. ¿Es justo dejar en el olvido a las familias tapatías que con su trabajo ayudan a que nuestra sociedad prospere?

 Un gran error cometido por las autoridades es tener a los locatarios en la incertidumbre sobre lo que va a pasar con ellos, el no darles claridad sobre su futuro en relación con la nueva construcción, “el gobierno no se acerca, uno es el que va a buscarlos pero nunca están”, nos dice don Miguel Ruiz. Al seguir caminando por la zona escuchamos las mismas palabras de ciudadanos que están al borde de la desesperación, de personas que han tenido que salir a la calle a seguir vendiendo con el temor de que alguien llegue y les quite su mercancía en una ciudad que los ha convertido en el objeto de insultos y discriminación en lugar de ofrecerles apoyo y escuchar sus necesidades: “hay que apoyar a la gente que queremos trabajar, que somos grandes y somos gente muy trabajadora, solo queremos seguir trabajando”, comenta la señora María Salazar, ella no quiere regalos ni las dádivas de siempre, solo una oportunidad de seguir demostrando que puede aportar a la ciudad que tanto quiere.

 Hay que transitar por el centro de la ciudad para conocerlo, hay que platicar con la gente que se dedica al comercio ambulante para saber lo que piensan, no perseguirlos e intimidarlos. Tenemos que romper de tajo con la corrupción que se encuentra detrás de esta actividad económica en la que se encuentran miles de familias tapatías, muchas de los cuales son parte de las tradiciones de la ciudad, “mucho turismo viene a probar las nieves”, dice Gustavo Moreno, “yo quiero a Guadalajara pero estoy cansado de tantas tranzas (...) queremos que nos den permiso para trabajar porque no estamos robando, solo querer ganar un sustento de forma decente”.

Las cosas pueden ser diferentes, la Guadalajara tradicional, la de las personas que se levantan todos los días buscando lo mejor para sus familias, necesita de nosotros, que caminemos del lado de los ciudadanos libres que quieren a su ciudad. Tenemos que mantener la esperanza, en unas semanas tendremos nuevamente la oportunidad de sacar adelante a la Ciudad de las Rosas. El Mercado Corona es una muestra del abandono que está hundiendo a la ciudad, pero con la fuerza de los ciudadanos podemos recuperar nuestra dignidad.